miércoles, abril 06, 2005

tedio

siempre es por la tarde.
De repente me sorprende
un vacío de trabajo y de actividad
en el devenir diario
y entonces sé que es él
que de nuevo ha venido a visitarme,
que ya está aquí otra vez
y que no piensa soltarme.

Intento desasirme de sus garras
forcejeo ferozmente
todo vale contra él
pero al final siempre gana
y todo lo invade, todo lo inunda
empieza por mí
y va llegando a todas las del despacho
y de repente
como en un cuento
todas las conversaciones
se apagan
toda actividad se diluye
en el lento devenir del tiempo.

Es él, sé que está aquí
acechando
para hacerse conmigo


pero no le dejaré
esta vez lucharé con más fuerza

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